Tal como te prometimos en la nota anterior, en esta segunda parte de Villa Traful, vamos a contarte un poquito más sobre otros sitios por visitar y además, te vamos a revelar el misterioso y particular secreto que guarda esta villa.
Otro de los atractivos menos frecuentados por los turistas y a la vez de los más interesantes de la región, es la laguna Las mellizas. Para realizar esta excursión, es necesario embarcarse y cruzar el lago Traful hasta Península Grande. Al llegar, se inicia un sendero que atraviesa bosques de cipreses y radales, lagunas escondidas muy llamativas por las tonalidades de sus aguas y hasta un yacimiento arqueológico donde se pueden observar las pinturas rupestres de los antiguos pobladores de la zona.
Las aguas cristalinas del Lago Traful, esconden un gran secreto por el que miles y miles de turistas de todo el mundo, amantes del buceo, cazadores de paisajes mágicos, fotógrafos de la naturaleza e investigadores de los fenómenos más extraños, visitan la villa. La causa de este acontecimiento se debe a la presencia de un bosque de cipreses de hasta 35 metros de largo sumergido a unos 30 metros de profundidad. La historia de este lugar se remonta al año 1960, cuando un terrible terremoto sacudió fuertemente la zona, y como consecuencia se produjo el desmoronamiento de una ladera llena de cipreses que se sumergieron en el lago. Todos los cipreses cayeron al lago y de una forma casi misteriosa lograron que sus raíces quedaran ancladas en el fondo de las aguas hasta el día de hoy, donde aún sobreviven más de 60 ejemplares. El efecto es increíblemente sorprendente, como si la tierra fuera una alfombra que se hubiera deslizado, suavemente, buscando encontrarse con el lago.
La transparencia de las aguas del Lago Traful es tal que se puede observar a los árboles verticales con sus respectivas raíces y en perfecto estado. Se los aprecia claramente en cualquier día sin viento, y más de un turista suele lanzarse desde la lancha para aproximarse a esos troncos grises que se recortan en el intenso azul marino. Para aquellos que practican buceo, el bosque sumergido recrea un paisaje de fantasía capaz de deslumbrar a quienes se animen a bucear entre gigantescos árboles. La imagen puede apreciarse sin hacer inmersiones, ya que este tesoro permanece bajo el agua, pero muchas de las copas de los árboles asoman tímidamente. Un espectáculo visual que puede ser percibido a plena luz del día por todo aquel que se adentre en barca en el lago. Sin duda, el bosque sumergido es un destino único e imperdible en Villa Traful.
Como parte de la excursión en lancha, se puede aprovechar el viaje para conocer la Gruta de la Virgen. Se navega sobre la margen norte del lago y se accede a una zona de acantilados que caen a pique sobre el lago. Allí se encuentran varias grutas, una de ellas es la que alberga la estatua de la Virgen Stella Maris, patrona de los pescadores.
Además del trekking, buceo, paseos en lancha y reláx, la villa ofrece todo un espectáculo de aves para quien esté dispuesto a aprender a mirar. Hay que tener mucha paciencia, al principio no es fácil, pero a medida que el día avanza, el follaje del bosque abre paso a las especies autóctonas. Y se pueden descubrir aves como los cauquenes, el carpintero gigante, el chucao, la bandurria. Con algo de suerte, aparecerá algún cóndor, aunque hay mayor probabilidad de poderlos observar en Cuyín Manzano, el pueblo vecino.
Villa Traful es una parada obligada que refleja la naturaleza es su estado más puro, donde los viajeros más exigentes pueden disfrutar de este particular, encantador y recóndito paraíso situado al Sur de la Argentina.
Es increíble ese bosque!!! Les recomiendo que vayan con el guia que tiene la agencia mas proxima al puerto xq el paseo es mas largo