Arraial do Cabo es un pueblo muy pintoresco, tranquilo y seguro, que se encuentra bien próximo a Cabo Frio y Armação dos Búzios, todos ellos a unas 3 o 4 horas de Rio de Janeiro.
A pesar de ser pequeño tiene varias playas y atracciones por conocer, y también es importante destacar el escaso movimiento nocturno que posee, lo que permite descansar bien y aprovechar los días a pleno.
En la punta de Arraial se localiza la ciudad histórica, del lado izquierdo a la Praia dos Anjos que es donde se encuentra el puerto. Del puerto se pueden decir dos cosas: que los desechos del mismo hacen que las aguas que bañan las costas de la Praia dos Anjos esten un poco más sucia que el resto (así y todo hay gente tomando baño en esta playa); y que se consiguen pescados y mariscos frescos a muy buen precio.
Del lado izquierdo del puerto comienza la trilha hasta Praia do Forno. Esta trilha es muy corta, de nivel fácil, pero bastante inclinada al comienzo. Esta playa es como una piscina natural, con aguas muy calmas para nadar, hacer snorkel, kayak o paddle surf. Dependiendo el día y las corrientes el agua puede estar bien fría o sino templada. Existen varios paradores para almorzar, por lo que no es necesario llevarse comida a menos que se disponga de poco dinero.
Para quienes prefieren un paseo más tranquilo, existe la posibilidad de tomar un barco turístico que nos lleva a la recién mencionada Praia do Forno, a las Prainhas que se encuentran detrás del Pontal do Atalaia, y a la Ilha do Farol. Ésta es una isla preservada por la marina y que posee un cordón de aislamiento para que la gente no ingrese a la isla, por causa de un cementerio indígena que se encuentra en su interior y para la preservación ambiental, lo que deriva en playas muy naturales. En el centro de la isla hay un Fuerte Histórico, que para visitar se necesita autorización de la marina un día anterior, contratar un guía local, y tomar un barco que te lleve hasta la isla.
Y como frutilla del postre, Arraial do Cabo ofrece uno de los mejores atardeceres del estado de Rio de Janeiro, en su Praia Grande:
Allí la playa es muy extensa, a mar abierto, y con un cielo inmenso! Desde los paradores o desde la misma playa da para quedarse mirando la formación de las nubes en el atardecer, al igual que las olas y los surfistas. Realmente la puesta del sol en el mar, es algo que logra emocionar. Y como bien dice la frase que nos recibe al llegar «Onde a lua cheia clareia o velho mar», desde esta playa en las noches de luna llena se puede ver como la luna ilumina el inmenso océano.
Una última recomendación: del lado izquierdo de la playa existe una trilha que nos lleva hasta la punta de las piedras, para ver la playa y todo el mar desde arriba, con otra perspectiva.
Sin dudas un destino para recomendar.
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