Arraial d’Ajuda es un destino muy particular de la «Costa do Descobrimento», Bahia. Rodeado de hermosas playas, acantilados y vistas panorámicas, con una gran movida cultural, y con una gran infraestructura turística para todos los gustos.
Su centro histórico se encuentra en una de las partes más altas del pueblo, con una de las iglesias más antiguas de Brasil, Nossa Senhora d’Ajuda construida en 1549.
Detrás de la iglesia hay un mirador de la región que realmente impresiona, es un imperdible del lugar. Bajando unas escaleras que se encuentran a la vista, está lo que se conoce como «Fuente Sagrada». Dice la leyenda que quién se baña en esas aguas, sin dudas vuelve a la ciudad. Será cierto?
El centro también se destaca por dos calles: la «Broudei» y la Rua de Mucugê. La primera tiene un estilo colonial, concentra una gran variedad de tiendas, y que nos conduce hasta la iglesia. La segunda es bautizada por sus moradores como la calle más hermosa de Brasil, y no es para menos. En ella se encuentra la mayoría de los bares, restaurantes y tiendas de Arraial, por lo que su movimiento es constante casi todo el día. Por las noches no cesa el movimiento y es el lugar preferido para transitar por todos los turistas que llegan al lugar, y es muy común que varios artistas musicales estén realizando shows en vivo, tanto en los bares como en la calle.
En cuanto a sus playas, se hace muy difícil determinar dónde comienza y termina cada una ya que no existen grandes accidentes geográficos que las separen (como ser morros, piedras o ríos), pero las diferentes concentraciones de servicios le fueron dando nombre a cada una de ellas. Así y todo, el enorme Parque Acuático (toboganes, tirolesa, piscina de olas) se puede usar como referencia para distinguir los paseos.
El primer paseo consiste en visitar: Praia dos Pesacadores, Praia de Araçaípe y la Ponta de Apaga-Fogo. Si vamos a pie, por detrás de la iglesia y bajando por las escaleras, pasando por el puesto policial y luego por la entrada del Parque Acuático, aparece una pequeña calle que nos lleva hasta la Praia dos Pescadores. Es una playa de aguas calmas, con un pequeño parador y con varios botes y barcas pesqueras en el agua pertenecientes a los nativos.
Caminando en dirección al norte nos encontramos con Praia de Aracaípe, que también es de aguas calmas con la marea baja, y que se destaca por su vegetación: inmensos coqueros (como en toda la región) y vegetación costera.
Y por último llegamos a Ponta de Apaga-Fogo, casi pegado a lo que se conoce «Balsa». Allí es posible tomar una balsa que nos cruza hasta Porto Seguro, de manera gratuita para pedestres y bicicletas.
El otro paseo de playas se trata de conocer: Praia do Parracho, Praia de Pitinga, Lagoa Azul, Taípe y Rio da Barra, una caminata de aproximadamente 2 horas y media que conviene realizar desde temprano ya que cuando sube la marea el caminar por la playa puede ser muy peligroso.
Praia do Parracho nos introduce en lo que va a ser una caminata muy diferente en nuestras vidas. Una playa de aguas calmas, con varias barracas para comer y tomar algo, que poco a poco van desapareciendo.
Luego de caminar unos 30 minutos aproximadamente, llegamos a Praia de Pitinga, ubicada en la punta de una pequeña bahía lo que nos da la sensación de una «playa doble». De un lado las aguas son más calmas (con la marea baja), y del otro el mar es más agitado. En la punta se puede caminar sobre las piedras, donde se forman pequeñas piscinas naturales. Aquí también se concentra una buena variedad de barracas.
Lo siguiente es una falla geológica de la naturaleza impresionante: acantilados. Vale destacar, sobre todo para la gente con vértigo, que nos encontramos en la base del acantilado y no en la cima. Desde la cima existen puntos para realizar parapente.
Lagoa Azul, Taípe y Rio da Barra son prácticamente similares, se distinguen por sus barracas. Lagoa Azul tiene una sola barraca y tiene una pequeña laguna que se forma detrás de los bancos de arena cuando sube mucho la marea, y por ello su nombre. Taípe se encuentra muy próximo, y también tiene una sola barraca que da nombre a la playa.
Y por último, en el acantilado colorado, nos encontramos con la Praia do Rio da Barra. La playa es muy parecida a las otras dos y cuenta con varias barracas para comer y tomar algo, pero este lugar se distingue por el encuentro del Rio da Barra con el mar, formando una piscina natural en un ambiente natural increíblemente perfecto.
Si comenzamos la caminata bien temprano, es posible continuar hasta Trancoso (30 minutos más aproximadamente). Solamente hay que rodear la gran piedra que se ve al final de la playa, pero esto solo es posible si la marea esta baja, sino puede ser muy peligroso.
Si seguimos hasta Trancoso podemos volver desde ahí hasta Arraial, en ómnibus. Sino, existe la posibilidad de tomar un taxi desde Rio da Barra. Y sino, volver por el mismo camino a pie, pero con mucho cuidado de que la marea no suba demasiado.
La última playa que nos queda por mencionar es la Praia do Mucugê, la que se encuentra más próxima al centro y que por ende es bastante movimentada, también por la gran cantidad de barracas.
Y como si fuera poco, desde Arraial también se puede visitar el Recife de Fora (uno de los mejores lugares para hacer snorkel y buceo de la región, mar adentro), y el pintoresco pueblo nativo de Caraíva, desde donde se realizan paseos a la famosa Praia do Espelho o visitar el pueblo de Corumbau.
Desde seguirviajando lo ubicamos como uno de los destinos imperdibles de Brasil.
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