Paraty es una ciudad pequeña y super turística ubicada 5 horas al sur de Rio de Janeiro. Aquí prácticamente es temporada todo el año, o al menos nunca cesa el turismo debido a que cuenta con mucha infraestructura como para hacer base aquí y visitar la gran cantidad de atractivos naturales que se encuentran muy cerca de Paraty.
Paraty se encuentra en un bahía con aguas muy calmas y además cuenta con un puerto, por lo que su playa y mar no son recomendables: el agua es un poco sucia producto del puerto, y el fondo del mar es como si fuera barro. Para llegar a Praia do Pontal hay que llegar hasta el centro histórico, ir a la derecha, y cruzar el puente. Una vez en la playa y siguiendo hasta el final de ella se abren dos caminos: a la derecha se puede ir hasta unas piedras que permiten relajarse y ver la ciudad de frente; a la izquierda una calle que nos lleva hasta la playa de Jabaquara, con características similares a la playa de Paraty pero más tranquila todavía.
Paraty es famosa por su pintoresco centro histórico que data de 1820 y es considerado por la UNESCO como el conjunto arquitectónico colonial más armonioso, pero para nosotros se destaca más por las bellezas naturales de sus alrededores.
La primer gran atracción para mencionar es el pueblo de Trindade. Para llegar hasta aquí solo es necesario ir hasta la terminal de ómnibus de Paraty y tomar un bus urbano hasta Trindade, con un pasaje muy económico y no más de una hora y media de viaje. Por causa del crecimiento turístico este lugar ya cuenta con infraestructura como para hospedarse, aunque en mucho menor grado que Paraty. Se destaca por su tranquilidad y por la gran conservación que tienen sus playas. Bordeando las playas en sentido derecho al final se llega a unas piscinas naturales muy bonitas, ideales para nadar tranquilo ya que en las otras playas el mar suele estar más agitado.
Por otro lado, saliendo de la vida de playa, muy cerca de la ciudad podemos encontrar dos cascadas interesantes: la Cachoeira de Pedra y la Cachoeira do Tobogão. Esta última es una cascada de piedra lisa que da para tirarse estilo tobogán, aunque hay que tener mucho cuidado porque vas patinando sobre piedras a una velocidad que es difícil de frenar. Al comienzo de la cascada hay un pequeño pozo de agua con una piedra de 12 metros de altura desde la cual se puede hacer un salto al vacío, conocido como Salto do Tarçan. Es adrenalina pura, pero hay que tener mucho cuidado porque es un pozo de agua pequeño rodeado de piedras, y un salto errado sin duda puede ser fatal.
Volviendo a la vida de playa, sin duda de las mejores playas del estado de Rio de Janeiro es Praia do Sono. Perteneciente a un pueblo de pescadores, donde se puede acampar y a la que solo se accede a pie después de una trilha que comienza Laranjeiras , que llegamos por medio de un bus interurbano que también pegamos en la terminal de Paraty. La trilha es de dificultad media-fácil, muy bien marcada, y de una hora aproximadamente. Por la particularidad de solo llegar a pie, Praia do Sono se encuentra muy bien preservada y casi en estado natural. Allí el fondo del mar es pronunciado, pero el agua es muy tranquila. Los moradores del lugar ofrecen un par de barracas para comer y la posibilidad de volver en bote a Laranjeiras, para quienes prefieren quedarse hasta que se acabe la luz del día.
Al final de Praia do Sono tenemos un pequeño río de aguas más cálidas que se adentra en el corazón de la mata, y que cruzandolo por entre las piedras se vislumbra un sendero que atraviesa el morro hasta la playa de Antigos. El sendero es de una hora aproximadamente, dificultad media, muy exigente ya que tiene bastante inclinación, pero el premio es bueno. Una pequeña playa desolada con un mar mucho más agitado y con corrientes fuertes, pero que es ideal para relajarse en paz. Aquí hay que tener en cuenta que no hay nada más que naturaleza.
Y por último, al final de la playa de Antigos aparece otro sendero que nos conduce a la playa de Antiginhos. El sendero es fácil y de unos 30 minutos. Si Antigos era desolada, entonces toda la playa de Antiginhos es para que sientas que la playa es tuya para hacer lo que quieras. Es muy raro ver gente aquí porque la gran mayoría se quedan con la belleza de Praia do Sono, pero Antiginhos es también diferente. Una playa muy muy pequeña, rodeada de piedras y con una naturaleza impresionante, donde hasta se puede escuchar el silencio.
Se dice que hay otro sendero que te lleva hasta Punta Negra, en donde en teoría hay moradores que te llevan de regreso hasta Laranjeiras, aunque es información que no te podemos asegurar ya que empezó a bajar el sol y tuvimos que regresar.
A unas cinco horas desde Praia do Sono se encuentra Martins de Sá, que para los que viven en Paraty es la mejor playa de la zona. Por suerte también existe la posibilidad de llegar con barco desde Paraty.
Y por último (de esta nota), un buen lugar para conocer recomendado únicamente para gente joven es el Saco de Mamanguá. Es una formación geológica donde se puede visualizar como el mar entra al continente entre dos morros por una extensión de 18 km, que se puede contemplar con una hermosa vista panorámica desde un morro de la zona. Para acceder aquí hay que llegar primero a Paraty Mirim (también desde la terminal), y tomar un barco hasta la base del cerro (al 03/2014 aproximadamente 130 reales). Allí empieza una subida muy exigente debido a su constante inclinación. La dificultad es media y se demora aproximadamente una hora. Y como todo esfuerzo, el premio es bueno. La excelente vista panorámica que se obtiene de la región es algo muy difícil de explicar con palabras, hay que sentirlo.
Pero Paraty tiene todavía más atractivos..
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