Para muchos São Miguel do Gostoso es un lugar desconocido hasta esta nota, pero lo cierto es que es uno de los principales destinos elegidos por los practicantes de kitesurf y windsurf de Europa, incluso algunos dicen que es uno de los cinco mejores lugares del mundo para el kite.
Se encuentra aproximadamente 110 km al norte de Natal, a unas 3 horas de ómnibus que se toman desde la terminal con la empresa Expresso Cabral. Un dato curioso es que se encuentra muy cerca del KM 0 de la BR 101, la ruta brasilera más larga y que se extiende por todo el litoral. Aquí se encuentra ubicado el Faro de Calcanhar, que lamentablemente se encuentra cerrado para su visita.
El pueblo se extiende a lo largo de la ruta, con no muchas calles en paralelo, humilde, muy tranquilo y seguro. A su vez, se podría decir que se encuentra dividido en dos: una parte más pequeña cercana a la playa Punta de Santo Cristo y una parte más grande con mayor cantidad de servicios y cercano a las playas de Cardeiro, Xepa y Maceió. Para tener en cuenta, a excepción de la ruta el resto de las calles son de tierra y arena roja.
Dispone de una muy buena infraestructura para el turismo. Son muchas las opciones de posadas (ver recomendaciones) para todos los gustos, y para los que viajan de una manera más simple y económica deben saber solamente hay un hostel abierto todo el año y un solo camping. En el centro del pueblo hay una amplia variedad de restaurantes, de hecho son muchas las posadas que también cuentan con restaurante al público, y también varias escuelas de kitesurf y windsurf.
Un detalle más en cuanto a lo hecho por el hombre, a lo lejos se destacan la gran cantidad de torres eólicas que decoran el paisaje, y es extraño ver de noche desde la playa como se iluminan de rojo las puntas de las torres.
En cuanto a lo más lindo, lo natural, São Miguel do Gostoso no se queda atrás. Por empezar, su ubicación geográfica es particular: se encuentra muy cerca de donde comienza a tomar curva Brasil adentrándose de a poco al Caribe, donde dobla el viento. Esto lo podemos apreciar en la Punta de Santo Cristo, donde incluso están divididas las costas para los practicantes de kitesurf según su nivel ya que de un lado sopla más fuerte el viento y el mar es abierto, y del otro lado el viento es menor y hay una barrera de arrecifes.
Las playas son demasiado amplias, algo difícil de encontrar en Brasil y por tanto llaman la atención. Pero en la época de más viento (septiembre a abril) es a veces incómodo permanecer mucho tiempo en la playa por culpa de la arena que golpea en todo el cuerpo. Por tal motivo, son bastante desiertas y por ende naturales. Algo muy interesante de ver es como el viento se mueve sobre la playa y como se adentra en el mar.
Entre las playas se destaca sobre todo Tourinhos, distante a unos 7 km, que es donde podemos ver el mejor atardecer de la región. Se puede llegar a este pequeño vilarejo por medio de auto particular, moto taxi o a pie desde la playa en una caminata de aproximadamente dos horas a lo largo de playas desiertas.
Por último, te recomendamos hacer una visita a la playa de Galinhos, a la cual solo se accede de buggy o 4×4. El pequeño poblado se encuentra en medio de grandes dunas y montañas de sal, al mismo tiempo que envuelto por el Rio Aruatá (un gran brazo del mar), dando la sensación de estar en una isla.