Morro de São Paulo es uno de los destinos turísticos más visitados del estado de Bahia, y hasta se podría decir que de Brasil. Se trata de una gran isla que se encuentra próxima a Salvador, la capital del estado.
Para llegar hay dos opciones: o tomar un avión desde Salvador, o tomar un barco que puede ser desde Salvador comprando el pasaje en la Terminal Marítima del Mercado Modelo, o desde la ciudad más cercana llamada Valencia comprando el pasaje en el puerto principal. .El precio del pasaje obviamente disminuye cuanto menor sea la distancia. Cuando el viaje es por Valencia en realidad primero nos transportan 1 hora en en ómnibus hasta alcanzar un pequeño pueblo ubicado en las márgenes del río. La mitad del camino es por ruta de tierra, y luego desde allí se toma el barco que demora 1 hora y media aproximadamente. El paseo en barco es muy bonito porque ya comenzamos a sentir bien de cerca a la naturaleza, bordeando la costa de los ríos cuyo ecosistema predominante es el manglar.
Al llegar a Morro (como es llamada cariñosamente por turistas y moradores) lo primero que encontramos son personas ofreciendo llevar tu equipaje en carretillas hasta te hospedes, y en algunos casos es recomendable porque no existen taxis en la isla y porque en el Morro hay muchas subidas y bajadas, si la distancia es larga se justifica y si es corta no vale la pena. Inmediatamente después debemos pagar un ingreso al Parque Nacional, tasa que dicen se usa para la preservación del parque.
Saliendo del puerto encontramos la primer bifurcación de caminos: a la derecha una subida muy inclinada que nos llevan hasta el inicio de la pequeña ciudad turística; a la izquierda el camino que nos lleva hasta las ruinas de la fortaleza, un lugar imperdible para ir a ver la puesta del sol y mirar el inmenso mar, donde normalmente suelen verse grupos de delfines saltando.
Otro paseo muy recomendado comienza al final de la enorme subida: en lugar de continuar recto en dirección a la plaza principal continuamos por la subida que se encuentra a nuestra izquierda en dirección al faro. Desde aquí se obtiene una de las mejores vistas de la isla, ya que desde el morro donde se encuentra el faro (cerrado para visitación) es posible avistar el océano abierto desde más alto (ideal para la puesta del sol), y desde el lado derecho avistar las primeras tres playas de la isla. Desde este punto también es posible hacer tirolesa, cayendo directamente sobre el agua.
Pero no todo en la isla es natural es tan natural, también se encuentra llena de tiendas, agencias de turismo, posadas, vendedores ambulantes, y todo tipo de comercio. Mucha gente comenta que no hay autos, pero la realidad es que existe un camino interno dentro de la isla que comunica la ciudad principal con los hoteles y poblados más alejados, por lo que no te decepciones si ves algunos ómnibus o camionetas a partir de la tercera playa.
Hablando de playas, las primeras cuatro no poseen nombre propio más que la misma numeración: primera, segunda, tercera y cuarta playa. Todas tienen un agua muy cristalina y con tonalidades azules muy notorias, realmente lindas. Y como en muchos lugares a mar abierto, es muy importante para los paseos saber el estado de la marea.
La primera se encuentra en la primer bajada de la calle principal, es la más chiquita de todas y en la marea alta se reduce bastante a prácticamente nada.
La segunda es inmediatamente después de bajar las escaleras donde se encuentran los vendedores del paseo de la tirolesa. Está repleta de bares sobre la playa, y en donde hay más movimiento nocturno, todo a los lados una pasarela de madera y perfectamente decorado.
La tercera playa se encuentra haciendo la primer curva sobre el mar, casi a la misma altura que «el arbolito», al cual un buen consejo es visitar con kayak cuando la marea no está muy alta y el mar tranquilo.
Luego de cruzar un pequeño arroyo, comienza la cuarta playa. Aquí nos comenzamos a sentir nuevamente en contacto con la naturaleza. Es una playa muy extensa, que al estar un poco alejada del movimiento pocas personas visitan. Es ideal para hacer snorkel cuando la marea baja, ya que se forman muchas piscinas naturales entre los arrecifes próximos a la costa.
Y por último, cruzando otro pequeño río, llegamos a la quinta playa llamada de Praia do Encanto. Es una playa para el relax total, con gran vegetación y piscinas naturales.
Otra playa muy linda para visitar es Gamboa, donde se encuentra el otro gran pueblo de la isla y donde viven la mayoría de los nativos. Por tal motivo, Gamboa es mucho más autóctona a pesar de ofrecer una pequeña infraestructura para el turismo. La playa es bien amplia y al mismo tiempo grande ya que abarca desde el pequeño puerto hasta el inicio de las piedras, donde hay un pequeño acantilado de tierra arcillosa en que las personas gustan de bañarse en arcilla para rejuvenecer la piel, y gratis.
Existen tres maneras de llegar a Gamboa: la primera es por barco, distante a unos 15 minutos del puerto del Morro; o un camino por el interior de la isla, subiendo y bajando el morro; o un camino bordeando la costa. El tiempo de caminata es entre una hora y media y dos horas para ambos caminos, pero más bonito es sin dudas ir caminando por la costa. Con lo único que hay que tener especial cuidado es con la marea, cuando está muy alta es demasiado peligroso por causa de la gran cantidad de rocas que hay en el camino.
Dentro del Morro también existe una pequeña cascada a la cual es recomendable ir con guía (dicen que es peligroso si vas solo), muchos paseos para hacer buceo, y la posibilidad de contratar un paseo para dar la vuelta entera a la isla al mismo tiempo que visitamos Ilha de Boipeba y las piscinas naturales de Moreré, otro gran destino para ir de vacaciones con un estilo diferente.